¿Por qué visitar Venezuela?
Para muchos, viajar a Venezuela puede sonar como una locura. Antes de partir, incluso hubo quienes apostaron que sería secuestrado en las primeras 24 horas. Pero la verdad es que muchos de los miedos sobre este país están exagerados o directamente mal informados.
A pesar de la cobertura negativa en los medios internacionales, Venezuela ofrece algunos de los paisajes más extraordinarios del continente: el Salto Ángel, el Parque Nacional Canaima, las playas del Caribe, y una cultura vibrante que no deja indiferente a nadie.
Salto Ángel y el Parque Nacional Canaima
Viajar por Canaima es como aterrizar en otro planeta. Lejos del turismo masivo, cuando te adentras por el río hacia el Salto Ángel, te encuentras con mesetas de roca llamadas tepuyes, comunidades indígenas, y una selva salvaje repleta de fauna única. Y por supuesto, la joya del lugar: el Salto Ángel, la catarata más alta del mundo.
Tuve la suerte de verlo con poca agua un día (20% de caudal) y al día siguiente tras una tormenta, en todo su esplendor (80% de caudal). Un espectáculo natural que quita el aliento.
La cultura y su comida: ¡Tequeños para sobrevivir!
Una de las sorpresas más agradables fueron los famosos tequeños. Aunque parezcan simples palitos de pan rellenos de queso, están hechos de una manera que resulta adictiva. Además, son muy baratos: con solo 1 dólar puedes comprarte varios. En mi caso, incluso me ayudaron a sobrevivir después de un robo en Falcón, cuando apenas me quedaban unos cuantos dólares en el bolsillo.
El dilema del dinero: Dólares vs. Bolívares
En Venezuela, el bolívar es la moneda oficial, pero todo el mundo prefiere los dólares. El problema es que no puedes retirar dólares de los cajeros automáticos, así que necesitas traerlos contigo, idealmente en billetes pequeños ($5, $10 y máximo $20).
El dólar es útil para gastos grandes como transporte o restaurantes, mientras que el bolívar es más práctico para compras pequeñas como el metro o comida callejera. Llevar ambas monedas te evitará muchos dolores de cabeza.
Diversidad venezolana
Una de las cosas más fascinantes fue la diversidad étnica del país. Encontré comunidades de italianos, libaneses, africanos, chinos, españoles, e incluso un pueblo alemán en las montañas de Aragua. En Caracas, algunos incluso pensaron que yo era local, hasta que hablaba. Esta diversidad ayuda a que un extranjero no destaque tanto visualmente, lo cual es útil en cuestiones de seguridad.
Lo difícil: Alojamiento económico
A pesar de lo que uno pueda imaginar, Venezuela no es tan barata como otros países como Bolivia o Perú. Encontrar alojamiento económico, céntrico y seguro es complicado. Plataformas como Hostelworld no funcionan aquí, y en muchas ciudades solo quedan Airbnb y Booking como opciones, con precios algo elevados.
Una excepción destacable es Mérida, una ciudad que se ajusta a todos los presupuestos y además ofrece paisajes de montaña y una atmósfera relajada.
Lo feo: Corrupción policial
Uno de los aspectos más estresantes del viaje fue lidiar con la corrupción policial. En el estado Zulia, los oficiales me bajaron del bus, me esposaron y sugirieron que el dinero podría “agilizar las cosas”. Me negué, y tras una hora de amenazas, me dejaron ir… con una banana como “recompensa”.
Situaciones similares ocurrieron al salir del país, cuando retuvieron mi pasaporte sin razón válida. ¿Paranoia? ¿Miedo a los extranjeros? Nunca lo sabré. Pero sí sé que es un aspecto desagradable que muchos viajeros enfrentan.
Dificultades financieras
No revisé si mi banco permitía operaciones desde Venezuela y al llegar, Santander bloqueó mis cuentas. Esto me obligó a depender exclusivamente del dinero que llevaba escondido en mi mochila. Afortunadamente, después de ser robado, los ladrones no encontraron un último escondite con $30, lo que me permitió seguir con mi ruta.
Recomendación clave: verifica las políticas de tu banco antes de viajar, lleva dinero en efectivo distribuido en diferentes lugares y considera tener una cuenta en Western Union como respaldo.
Venezuela fue uno de esos destinos que te cambian. No fue el viaje más fácil, pero sí uno de los más impactantes. Sus paisajes, su gente y su intensidad cultural dejan una huella imborrable.
¿Recomiendo visitar Venezuela? Sí, pero con preparación y cabeza fría. No es un destino para todos, especialmente para quienes buscan comodidad. Pero si estás dispuesto a adaptarte, planificar bien y abrir la mente, Venezuela te recompensará con experiencias únicas que pocos otros destinos pueden ofrecer.